Principio básico de la selección de fusibles: las características de la carga determinan la lógica de protección
Las características de la carga en un sistema o equipo eléctrico determinan fundamentalmente las características de respuesta adecuadas y la capacidad de corte del fusible de desconexión. Ignorar este punto reducirá significativamente la eficacia de la protección.
La corriente de arranque de una carga resistiva (como un elemento calefactor o una lámpara incandescente) es básicamente igual a la corriente de funcionamiento, y la curva es estable. Las cargas inductivas, como los motores, son bastante diferentes; la corriente de entrada al arranque puede alcanzar de 5 a 7 veces la corriente nominal y, aunque su duración es corta, contiene una enorme energía. Cuando se activa una carga capacitiva (como un filtro de fuente de alimentación grande), experimenta una sobretensión de corriente de carga de gran amplitud, cercana a un cortocircuito. Los circuitos electrónicos pueden ser extremadamente sensibles a estas breves anomalías de sobrecorriente.
Los fusibles diseñados para cargas resistivas tienen un modelo de acumulación de calor del elemento fusible basado en la corriente de estado estacionario. No pueden soportar los impactos repetidos de la corriente de entrada durante el arranque del motor y pueden experimentar una fusión anormal. Por el contrario, los fusibles con retardo de tiempo diseñados para motores, si bien tienen inercia térmica para la corriente de entrada, son lentos frente a la respuesta rápida que requieren los circuitos electrónicos, lo que puede dañar los componentes de precisión.
