Los interruptores de pared deben inspeccionarse y reemplazarse periódicamente.
El interruptor de pared que se ha usado en casa durante muchos años sin ser reemplazado puede presentar peligros ocultos. Con el tiempo, los contactos metálicos internos y las conexiones del cableado pueden aflojarse debido al desgaste, la corrosión o el envejecimiento. Esto significa que al encender o apagar luces o enchufes, la corriente no fluye de forma constante, lo que puede causar fácilmente arcos eléctricos, sobrecalentamiento y riesgo de incendio o descarga eléctrica.
Si un interruptor antiguo se siente caliente al tacto, funciona lentamente, parpadea, está suelto o hace ruidos inusuales, todo esto indica que su estructura interna ha perdido su estabilidad original. Varias organizaciones eléctricas profesionales han señalado condiciones similares como señales típicas de "fallo del interruptor".
